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Evaluación de las acciones de formación en la cadena de valor de la organización.

Medir los resultados de los proyectos de capacitación es una tarea que demanda herramientas de análisis que guíen los criterios de evaluación. Para estos fines, la Cadena de Valor es un instrumento estratégico, contribuye al análisis de las actividades de manera individual e identifica sus fuentes de ventajas competitiva.

Entendemos por valoración, a la apreciación interna y externa de una capacitación, de acuerdo a su nivel de aporte y/o funcionalidad en la organización.

Desde la perspectiva del aprendizaje organizacional, la evaluación cumple un rol crucial para la mejora continua, pues a través de ella se puede, en primer lugar, comparar los resultados obtenidos por los equipos de trabajo, respecto a las expectativas definidas en la planificación. Y, en segundo, visualizar opciones de mejora en los planes y programas que han sido mal evaluados o presentan desviaciones.

En el ciclo de gestión de la capacitación, la cadena de valor opera sobre el diagnóstico, proyecto, diseño e implementación de las actividades, e incorpora procesos evaluativos anterior y posterior a la evaluación e implementación del programa (ver figura 4). Esto permite la verificación de las desviaciones entre los resultados esperados y los efectos no previstos en el diseño de la capacitación, y, a su vez aporta dinamismo al acto de evaluar.

Delgado Gerrero, 2016.

 

Las conclusiones extraídas, a partir de las evaluaciones aplicadas a las actividades de formación, son diagnósticos a través de los que podremos, eventualmente, reiniciar el ciclo de la formación continua en la organización, y optimizar el rendimiento de todas aquellas acciones encaminadas al desarrollo del potencial humano de la empresa, uno de los activos más importante en las organizaciones.[6]

Delgado gerrero, 2016.