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Características de las organizaciones que aprenden

En suma, el propósito más importante para el aprendizaje organizacional es que los saberes que se adquieran en su contexto sean de utilidad en la vida cotidiana y laboral de los funcionarios. Para Delgado Guerrero[2], algunas características de las organizaciones que aprenden son:

Aprenden de su experiencia, pero sin atarse a ella.

Consideran su contexto laboral y, a la vez, aprenden de otras experiencias organizacionales que pueden enriquecer su trabajo.

Aprenden de los fracasos al igual que de los éxitos.

Tanto los buenos momentos como los de crisis organizacionales, contribuyen a depurar los modelos de desarrollo. Los aprendizajes en ambos contextos contribuyen a la sostenibilidad de la organización, pues permiten concebir nuevas estrategias ante posibles desviaciones..

Poseen un hábito de mejora arraigado.

La política de mejora continua a nivel institucional, permite optimizar los procesos mediante la verificación constante de las actividades. En esta perspectiva, el aprendizaje organizacional es crítico para proponer mejoras en los modelos de trabajo.

Valoran los conocimientos a todo nivel.

 Asumen que el personal más cercano a los procesos básicos los conoce mejor que la jerarquía y que se debe interactuar con ellos constantemente para movilizar ese conocimiento.

Diseminan todo el conocimiento existente.

Divulgan el conocimiento desde una(s) parte(s) de la organización hacia otras, para que sea generalizado y utilizado allí donde se necesite.

Cultivan el espíritu de equipo:

Transgreden fronteras funcionales para obtener sinergias que producen resultados superiores a partir de equipos multifuncionales.

Facilitan los procesos de aprendizaje:

 Sus directivos comprenden que uno de sus roles básicos es el de facilitar los procesos de aprendizaje de los individuos y los equipos.

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Delgado Guerrero, 2016.