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Beneficios y costos.

La formación en las organizaciones produce beneficios y genera costes. El problema radica en cómo medir o determinar los beneficios conseguidos, más allá del valor positivo que por sí mismo representa para las personas y la propia organización. Y no es fácil, ya que los beneficios más productivos de la formación son los más intangibles y difíciles de cuantificar (satisfacción, iniciativa y liderazgo, y las habilidades propias de las personas que configuran la organización), mientras que los más operativos, si bien producen resultados a corto plazo, se deben finalmente al resultado de conocimientos mecánicos (aumento de la productividad, ahorro de tiempo, entre otros).[19]

[19] Horton, W. (2001). Evaluating e-learning. California. ASTD (American Societyfor Training and Development).

 

La importancia del modelo ROI, como instrumento de evaluación, reside en no atribuirle a la formación exclusivamente los beneficios derivados de la mejora de habilidades y conocimientos, sino en poder estimar cómo esta mejora repercute en los resultados económicos de la organización, convirtiéndose así en un instrumento para controlar la eficacia y eficiencia en la aplicación de las inversiones.

La metodología de este modelo es una forma de medición de resultados de las acciones formativas que recopila seis tipos de datos en cinco niveles de evaluación, planificadas desde el momento del diseño del programa de capacitación–tanto en los instrumentos de recolección de datos a utilizar, como plazos a lograr y público objetivo-.Se trata de un mecanismo ex ante.