Remesas personales
Corresponde al dinero que las personas inmigrantes envían desde su país de destino a sus familias en su país de origen; en muchos casos, constituye la única fuente de ingresos que le permite solventar los gastos de consumos básicos, incluida la alimentación y la salud; en otros casos, se destinan a la construcción de casas, a la compra de terrenos, financiamiento de emprendimiento de desarrollo familiar o compras de electrodomésticos y otros bienes de consumo.
Estas remesas, tienen impactos positivos tanto en las familias receptoras -donde contribuyen al aumento de ingresos que les permite reducir los niveles de pobreza y mejorar la calidad de vida- como en la dinámica de la economía local -donde actúa como reactivador del consumo y la producción-, dependiendo de los volúmenes de dinero que ingresan por esta vía.
En América Latina
Las remesas personales no solo se manifiestan en los países de regiones empobrecidas o en desarrollo del mundo, sino que también están presentes en las economías desarrolladas. A modo de ilustración, casi el 40% del total remesado a nivel mundial, llegan a hogares de países desarrollados como Francia, Alemania, Reino Unido y los Estados Unidos .
En América Latina, existen países que son grandes receptores de remesas como México, Brasil y Colombia se concentran el 60% , además de El Salvador y República Dominicana que en conjunto, suma un total 20% del total de remesas recibidas, quedando un 20% restante fragmentado en diferentes proporciones, en los demás países de la región.
Podemos resumir diciendo que según el volumen de las remesas recibidas, los países de América Latina, se dividen en tres grupos:
- Grandes Receptores: México, Brasil, Colombia, El Salvador, Guatemala y República Dominicana.
- Receptores de nivel medio: Ecuador, Haití, Honduras, Nicaragua y Perú.
- Muy baja recepción de remesas: Argentina, Bolivia, Costa Rica, Chile, Panamá, Paraguay, Uruguay y República Bolivariana de Venezuela.